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Rehabilitación de “amunas” permitirá provisión de agua en los próximos años

Según un estudio hidrológico, 1 km de amuna puede aportar más de 225 mil metros cúbicos de agua en un año.

La restauración de amunas beneficia tanto a la comunidad local en la parte alta, como a la población de Lima en la parte baja.

La restauración de amunas beneficia tanto a la comunidad local en la parte alta, como a la población de Lima en la parte baja.

06:00 | Huarochirí, abr. 27.

Por Gladis Juan de Dios

Las amunas son canales ancestrales que retienen el agua de las lluvias, quebradas o ríos y las deriva lo largo de sí mismas, infiltrando primero en el subsuelo para luego brotar naturalmente en manantiales u ojos de agua, beneficiando así a la población local y a la población de Lima. Gracias a la gestión de Aquafondo y al apoyo de la empresa privada, se proyecta recuperar 32.5 km de amunas en los próximos tres años, lo que significa un aporte de agua equivalente a 12 veces la capacidad del Estadio Nacional.

Las amunas son un sistema de infraestructura hídrica de las culturas ancestrales que favorecían la provisión de agua en tiempo de sequía. Estos canales ancestrales todavía existen, pero gran parte de ellos se encuentran en estado de abandono y, por lo tanto, no están siendo funcionales.

En la comunidad campesina de San Pedro de Casta, distrito de la provincia de Huarochirí, el Fondo de Agua para Lima y Callao, Aquafondo, con el apoyo de la empresa privada y de la comunidad, ha realizado el primer piloto del gran proyecto que ha permitido la recuperación de 18 km de amunas en el periodo 2020-2021, además del desarrollo de otros proyectos transversales más pequeños en beneficio de la misma comunidad.



Comunidades organizadas y comprometidas

El nivel de organización de las comunidades es primordial para poder iniciar el proyecto de rehabilitación de amunas, asegura a la agencia Andina, Mariella Sánchez, directora ejecutiva de Aquafondo.

“Ellos nos dicen, esto era un canal ancestral, esto es lo que tenemos que recuperar. Y esta información la llevamos a una asamblea comunal donde se determinará si el proyecto es importante para la comunidad o no”, sostiene Sánchez.

Los proyectos buscan ser sostenibles, es decir, que -cuando finalmente sean entregados a la comunidad- ésta asuma la responsabilidad de darles continuidad, y eso solo pasará si las iniciativas son realmente importantes y necesarias.



Una vez que ya se han identificado los proyectos a realizar, Aquafondo empieza a movilizar recursos de cooperación internacional, de la empresa privada y otras entidades que estén dispuestas a sumarse.

“Después de esto toda la mano de obra es de la comunidad. Hombres y mujeres trabajan en la construcción y recuperación de las amunas. Tenemos diferentes niveles de trabajo, entre capataces, maestros de obra, peones, todos ellos tienen un jornal que ellos mismos establecen en cada comunidad”, explica.


Para la ejecución de cada proyecto, los operarios reciben capacitación en tres talleres: Operación y mantenimiento para conocer las actividades a realizar dependiendo de la estructura hidráulica; Monitoreo hidrológico para que la comunidad sepa interpretar los datos, específicamente el caudal de cada amuna; y Gobernanza hídrica, importante para que la comunidad pueda conocer la función específica de cada entidad y saber qué pedir a Sedapal, a Sunass y a la Autoridad Nacional del Agua (ANA), así como las funciones que pueda tener la comunidad en la gestión del agua.

En el 2020, se tenía previsto ejecutar el proyecto de recuperación de amunas, pero la inmovilización obligatoria por la pandemia de covid-19 paralizó las obras, dejando sin fuente de ingresos a la comunidad que dependía de esos pagos para su subsistencia.

Ante esta situación, el equipo de trabajo de Aquafondo llegó a una zona de la parte baja de la localidad e hizo un campamento de aislamiento, además de tener las pruebas negativas de covid-19.

Después de los días de aislamiento, el equipo se quedó trabajando por cinco meses en la parte alta que era la zona de recuperación. De esta manera, se pudo avanzar con el proyecto y asegurar el ingreso económico para las comunidades.



Proyectos retributivos a la comunidad

Además del gran proyecto de recuperación de amunas, que es de largo plazo y que necesita de mucha inversión, Aquafondo identificó en el camino otras necesidades de la población que se convirtieron en oportunidades de desarrollo, para lo cual se implementaron proyectos más pequeños pero con un alcance igual de significativo.

Por ejemplo, la rehabilitación de las amunas permitía disponer de mayor cantidad de agua y humedad en las tierras, por lo que fue posible la construcción de un biohuerto de productos básicos para mejorar la nutrición de las familias. Con el mismo objetivo, se creó una granja para la producción de cuyes y se diseñó un taller de nutrición dirigido a padres de familia y niños.

Estos proyectos productivos forman parte del proyecto Nexus y fueron implementados gracias al apoyo de la cooperación GIZ. Además, responden a tres líneas principales de acción: seguridad alimentaria, seguridad hídrica y seguridad energética.



Por otro lado, y con la finalidad de que la comunidad pueda aprender a comercializar la producción excedente del vivero o de la granja de cuyes, o su propia producción de quesos y derivados, los pobladores y las familias de la zona que realizan servicios turísticos participaron en un taller Plan de Negocios dictado por el Grupo GEA, organización asociada a Aquafondo.

“Buscamos que la comunidad se empodere en distintos aspectos porque nosotros no somos eternos. En efecto, en San Pedro de Casta ya estamos de salida”, enfatiza la ejecutiva Mariella Sánchez.

Estos pequeños proyectos, a los que denomina "proyectos retributivos", tienen la finalidad de mejorar la calidad de vida de la comunidad a través de una mejor alimentación y educación como una forma de agradecerles por su contribución con el cuidado del agua para todos los que vivimos en Lima.

“Las poblaciones aquí son nuestros verdaderos guardianes del agua, los que nos permiten desarrollar los proyectos y mantenerlos operativos”, resalta Sánchez.

El biohuerto y plantones de palto

El vivero o biohuerto ha sido construido gracias a un convenio con municipalidad, que les ha provisto de un fitotoldo con lo que se podrán producir plantones de palto de calidad mejorada, teniendo en cuenta que la venta de paltas es una de los principales fuentes ingresos de las comunidades de la zona.

Estos plantones de palto serán entregados gratuitamente a los pobladores, quienes recibirán además el acompañamiento y asesoría de un equipo técnico de campo para asegurar una mejora de calidad en la producción.


Luego de la entrega de los plantones de palto, el vivero será utilizado para el cultivo de hortalizas que recomienda la Organización de las Naciones Unidas por la Alimentación y la Agricultura (FAO en sus siglas en inglés) para garantizar la seguridad alimentaria. Todas estas estarán libres de insumos químicos, tóxicos y serán distribuidas entre los pobladores de la comunidad.

El vivero cuenta con un sistema de riego por goteo. Para que esto sea posible, en la parte alta de Marcahuasi se construyó una cocha de 7 metros de altura por 86 metros de longitud, que puede almacenar aproximadamente 40 mil metros cúbicos de agua, que al infiltrarse en la parte baja, alimenta a la laguna de Pampacocha donde se tiene un sistema de captación que traslada el agua hasta el vivero a través de una tubería.


Esta conexión también alimenta al sistema de riego por aspersión que se usa para regar la plantación de alfalfa que es el alimento de los cuyes.

La granja de los cuyes

En cuanto a la producción de cuyes, se ha construido una granja con un sistema elevado que aísla a los roedores de su propio excremento, lo que facilita el mantenimiento y limpieza de la estancia.

La granja cuenta, además, con paneles solares en el techo, que abastecen de luz y de calefacción la misma habitación y la del biohuerto, con lo cual se cumple uno de los objetivos del proyecto que es el uso de energía limpia.


Con las excretas de los cuyes y los residuos vegetales del vivero se produce compost y humus que son usados para abonar la plantación de alfalfa y el biohuerto, obedeciendo así al concepto de economía circular que propone un modelo de producción y consumo sostenibles.

El ingeniero Piero Villarroel del equipo de Aquafondo es quien lidera el proyecto de la granja de cuyes. Piero es ingeniero agrícola por la Universidad Agraria de la Molina, y coincidentemente natural de la misma comunidad para orgullo de sus vecinos.


Recuperación de 32.5 km de amunas

Durante un evento por el Día de la Tierra en la comunidad de San Pedro de Casta, y en presencia de otras comunidades vecinas, Mariella Sánchez, directora ejecutiva de Aquafondo anunció el inicio del proyecto de recuperación de 32.5 km de amunas gracias al financiamiento de la empresa Backus, la Cooperación Alemana – Giz, y la participación de The Nature Conservacy.


“Nosotros como Aquafondo somos canalizadores de recursos. Somos los que sabemos hacer el trabajo de campo, pero no podríamos trabajar sin el aporte monetario. También es importante que las comunidades se comprometan no solo con la mano de obra, sino también asistiendo a todos los cursos de capacitación, a la asesoría personalizada, entendiendo que eso es lo que va a dar la sostenibilidad a los proyectos que ejecutemos”, resaltó Sanchez.


La ejecución de este proyecto se llevará a cabo en el periodo 2022-2024 y beneficiará a cinco comunidades campesinas de la subcuenca de Santa Eulalia: San Pedro de Casta, San Juan de Iris, Huachupampa, Carampoma y Huanza.

“En la subcuenca de Santa Eulalia son 67 km de amunas identificadas para recuperación, de los cuales llevamos 18 km. En los próximos tres  años vamos a trabajar en 32 km, con lo cual llegaríamos a los 50 km y nos faltarían 17 km”, advirtió.

En el evento también estuvo presente Ernaldo Olivares, presidente de San Pedro de Casta, quien expresó su agradecimiento a todas las entidades involucradas en el proyecto porque los resultados han sido provechosos para su comunidad.


En respuesta,  Sánchez agradeció a la comunidad por los años de acogida y por convertirse en la comunidad piloto que ha permitido a Aquafondo desarrollar proyectos con los cuales se ha podido demostrar no solo el beneficio hídrico, sino también cómo es posible trabajar en organización y en comunidad.

Son siete años en total los que se vienen trabajando con la comunidad San Pedro de Casta, durante los cuales se han realizado distintos proyectos. Entre ellos, los 18 km de amunas, un sistema de riego tecnificado para el cultivo de paltos, un micro reservorio para alimentar ese riego tecnificado, la recuperación de dos cochas o represas naturales, el vivero, la granja de cuyes, un proyecto de mejora de forraje, entre otros.

Todo lo que se ha logrado en San Pedro de Casta ha llamado la atención de las comunidades vecinas San Lorenzo de Huachupampa, San Juan de Iris y Quilcamachay - Vicas, de manera que sus representantes solicitan apoyo a las autoridades y entidades privadas para poder iniciar la ejecución de proyectos que ya tienen en lista y que serán de gran aporte para su desarrollo.

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Publicado: 27/4/2022